04 May Reformas en casas rústicas, más cómodas y prácticas con yeso laminado
Una casa rústica es una vivienda agradable y confortable, pero puede resultar que necesite una reforma para que esté en condiciones de poder disfrutarla. Las reformas implican muchas horas, escombros, suciedad y molestias, así que muchas personas se lo piensan antes de iniciar las obras. Por suerte, hay alternativas a todas estas cosas, que evitan todos estos inconvenientes y suponen un ahorro considerable en el presupuesto.
El uso del yeso laminado o pladur para realizar las reformas en una vivienda rústica puede hacer que sea todo mucho más sencillo. Con el uso del pladur se evita la generación de residuos, escombros y mucha suciedad. La funcionalidad de este material permite que los profesionales de instalación de yeso laminado puedan trabajar de manera mas eficiente y el resultado final quede mucho mejor acabado que si se tratara de una obra con ladrillo.
Las reformas de una casa rústica con pladur le aportan una nueva vida
Las placas de pladur permiten su instalación sobre las paredes a reformar, cubriendo las partes más dañadas y sin necesidad de tener que tirar abajo la pared y volver a levantarla. Con el uso de las placas de yeso laminado se puede realizar la reforma sin necesidad de producir más molestias de las necesarias, en menos tiempo y con un considerable ahorro.
Además, se puede utilizar el yeso laminado para aportar un valor añadido a las paredes y techos de la casa rústica. Se puede aprovechar la reforma para crear un espacio con estanterías, techos foseados para mejorar la decoración y otros elementos que hagan más atractivos. Además, la propia naturaleza de las piezas de yeso laminado permite la utilización de estas placas para cubrir lugares donde se pueden encontrar zonas de cableado o tuberías, que quedan cubiertas por el pladur, pero que son de fácil acceso en caso de necesidad.
Techos, paredes y lugares más especiales como escaleras y otras zonas menos visibles pueden cobrar nueva vida gracias al uso del yeso laminado o pladur, con un presupuesto mucho menor de lo que podríamos pensar.